sábado, 12 de marzo de 2011

PETRO BONUS: cuando el fin del petróleo nos alcance

13 mil kilómetros conforman la red de oleoductos dedicados a la transportación de crudo.
8 mil 300 kilómetros transportar hidrocarburos refinados como gasolina y diesel
17 mil kilómetros de ductos transportan gas natural y gas LP en todo el país
En 2007, PEMEX vendió poco más de 104 mil millones de dólares.
La producción de crudo ha caído 7.7% desde 2008, al pasar de 2 millones 791 mil barriles diarios a 2 millones 576 mil al cierre de 2010.
En cambio, el personal corporativo de Pemex creció 21%: de 20 mil 634 a 24 mil 899 entre sindicalizados y trabajadores de confianza
En 2010  las tomas clandestinas en el país se incrementaron 61 %, de 462 a 712
La ‘ordeña’ representa el 0.4% del total de producción total de Pemex y  0.8% del total de las ventas.

En el año de 1938, la expropiación petrolera, la idea de que el petróleo que se extrae dentro del territorio nacional sería nuestro, motivaba a todos y cada uno de los mexicanos. Todos apoyaron, algunos donando llaves, piezas de metal para kilo a kilo ir haciendo “ronchita” y poder pagar así la factura que representaba la nacionalización del crudo.
La historia marcó el inicio de una era propia. Pero, ¿que se vislumbra en el horizonte de esta industria que tanto ha dado al país? El futuro del petróleo… es negro.
La disponibilidad de este tipo de energía es indispensable para la sociedad actual; sin embargo, una escasez real -acompañada de altos precios- del crudo y del gas natural se manifestará muy pronto a nivel mundial, afectando a los países productores. El máximo de la producción mundial del petróleo se alcanzó alrededor del año 2005; de ahí en adelante la demanda de este combustible superará la oferta, con las consecuencias obvias para el precio.
Y todos dirían: ¡qué bueno, el precio va a subir, más ganancias para México!; la verdad es que, con la baja de producción de barriles y al importar México el total de las gasolinas, los aumentos de precio del crudo, más que ayudarnos, golpean nuestra balanza comercial.
¿por qué una baja? La mayoría del petróleo producido hoy en día proviene de campos petroleros descubiertos antes de la primera crisis de los petroprecios en 1973. El máximo de la tasa anual de descubrimientos ocurrió en 1962 cuando 40 mil millones de barriles de petróleo fueron descubiertos, en comparación con los 10 mil millones en 1990. En 1997 esta tasa ya bajó a seis mil millones de barriles anuales; aproximadamente cuatro barriles son consumidos en la actualidad por cada barril nuevo hallado en reservas.
Es importante señalar que un 75% del petróleo producido actualmente proviene de tan sólo 360 campos petroleros "gigantes" (campos con reservas de más de 500 millones de barriles, equivalente a aproximadamente 26 días de consumo de Estados Unidos). Sin embargo, pocos de estos campos gigantes se han descubierto en las últimas dos décadas. La tendencia nos hace dudar que nuevos descubrimientos significativos estén por hacerse todavía.

En el caso México, la producción ha declinado constantemente debido a la caída en los volúmenes de su yacimiento de Cantarell, que alcanzó su máximo en diciembre del 2003 con 2.2 millones de petróleo al día.

Más de una tercera parte del gasto del Gobierno mexicano descansa en la venta de crudo. Agencias calificadoras de crédito han advertido en los últimos meses que la calificación de México podría ser recortada debido a la excesiva dependencia del país de los ingresos petroleros.
Para Pemex una falta de grandes descubrimientos significa que la empresa tiene pocas opciones para remplazar la capacidad que se está perdiendo en el yacimiento.

Aunado a este problema, de la baja en producción, en el país ha crecido mucho el robo de combustible a la empresa petrolera. En cinco años, el crimen organizado pasó de ser un riesgo focalizado para Pemex a una amenaza para la seguridad energética nacional que se expande a ritmo acelerado.
Desde Rosarito, Baja California, hasta el Sur de Chiapas, la paraestatal se enfrenta a la instalación de tomas clandestinas en los ductos y oleoductos, secuestro de carros-tanque, asalto de pipas, extracción ilegal de materiales y equipo, todo con el fin de robar gasolinas y diesel, petróleo, petroquímicos, condensados y gas.
El daño patrimonial para el país derivado de la suma de los delitos se calcula en más de 30 mil millones de pesos anuales.
De los 110 casos de tomas clandestinas que Pemex registró en 2004, año con año la cantidad se elevó. En 2005 fueron 136, en 2006, 220; en 2007, 323; en 2008, 396 y en 2009, 453. En 2010 la paraestatal detectó 712.
De acuerdo con funcionarios de alto nivel de la dependencia, a este ritmo, la red de distribución energética de Pemex estará en poco tiempo bajo control total de la delincuencia organizada.
Problema 3: la corrupción. Expedientes confidenciales de la empresa reconocen que Pemex está atrapada en una inmensa red de corrupción en la que participan desde empleados de confianza, trabajadores sindicalizados y ahora el crimen organizado que han sabido sacar provecho de las debilidades y enormes vacíos de la empresa en materia de seguridad física.
Al robo de petróleo, condensados y gasolinas se añaden la sustracción ilícita de aparatos tan pequeños como radios Trunking, computadoras de escritorio y portátiles, herramientas de uso cotidiano como pinzas, desarmadores, cables y hasta válvulas de presión que se utilizan en ductos y que más tarde son empleadas por la delincuencia para las tomas clandestinas.
Los registros de las pólizas de seguros presentados por Pemex a Seguros Inbursa en los últimos dos años, revelan que la práctica del robo a autos-tanque, propiedad de la paraestatal y de los contratistas, va en aumento.
En 2008, fueron interceptados 32 autos-tanque para robarles producto; en 2009, la cifra se elevo a 50; y en el 2010 sumaron 78. el problema se agrava.
Pero a las autoridades no parece importarles. Según comunicado de la Secretaria de Energía, durante varias décadas más los combustibles fósiles permanecerán como la principal fuente de suministro de energía, representarán el 80 por ciento de la oferta energética mundial en el 2030, por lo tanto, seguirá habiendo ingresos al país en este rubro, no hay de qué preocuparse.
Según la SENER los desafíos que enfrenta la industria petrolera nacional son:
Convertir nuestros recursos prospectivos en reservas probadas;
Elevar la tasa de restitución de reservas;
Incrementar nuestra producción de crudo;
Intensificar los esfuerzos de exploración y aplicar nuevas tecnologías;
Incrementar la capacidad operativa de Petróleos Mexicanos;
Reducir nuestra dependencia externa en materia de refinados;
Disminuir la quema y venteo de gas; y
Fomentar una mayor participación de proveedores nacionales en la cadena de valor de los hidrocarburos.
Suena fácil. Pero, basta recordar, que la refinería que prometió nuestro actual presidente, para mejorar la operación de la paraestatal, cada día se ve más lejos, ya que en este sexenio, cuando mucho se realizará el concurso para ver quién la hace en un futuro no tan cercano como se necesita. Negro futuro, pues.

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