Silvia Myriam Lopez Torres
48 % de mexicanos no muestran ningún interés por la cultura
57 % nunca ha estado en una librería
66 % jamás ha asistido a una función de danza
53 % por ciento nunca ha ido a una zona arqueológica
43 % no conoce un museo, y
86 % nunca ha ido a una exposición de artes plásticas
38 % nunca lee los periódicos.
…la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.
(UNESCO, 1982: Declaración de México)
El término cultura proviene del latín cultus, que hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Su definición ha ido evolucionando a lo largo de la historia, desde la época del Iluminismo, la cultura ha sido relacionada a la civilización y al progreso.
Otra definición establece que la cultura es el conjunto de informaciones y habilidades que posee un individuo. Según la definición de UNESCO, la cultura permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo; a través de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.
Pero, ¿qué pasa si al hombre en cuestión no le interesa su propia cultura? ¿Nos volvemos acaso seres irreflexivos, incivilizados y alejados de todo progreso social? ¿Nos convertimos en… mexicanos?
Cultura no es solamente el arte y todas sus expresiones; La cultura incluye los valores, ideas, actitudes, símbolos, conocimientos, etc. que dan forma al comportamiento humano y son transmitidos desde una generación al la siguiente. Pero los parámetros de comportamiento del mexicano se alejan cada vez más de los valores e historia que lo apuntan como un pueblo grande. Ante la situación de país actual y situaciones como la migración, deserción escolar, falta de hábitos de aprendizaje, etc. el mexicano se aleja cada vez más de su propia cultura.
A finales del año pasado, Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) presentó la Encuesta nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales 2010, así como el Atlas de la infraestructura Cultural de México y el Libro de las Instituciones sociales, tres documentos que nos arrojan importantes datos sobre la falta de cultura en un país con gran bagaje cultural a lo largo de tres mil años de historia; pero que en la actualidad se está perdiendo. Se trata de nuevos indicadores culturales que muestran el comportamiento nacional respecto al acercamiento (o cabría más decir: alejamiento) a la cultura que tienen las familias. El panorama es desolador.
Al 48 por ciento de los mexicanos no les interesa lo que sucede en la cultura o en las actividades de ese ámbito (teatro, danza, cine, literatura, conciertos), según la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales. Este documento concluye que 41 millones 645 mil personas en el país están poco o nada interesadas en la cultura; sólo 11 millones 279 mil personas (13 por ciento) están muy interesadas, 29 millones 498 mil 936 (34 por ciento) estarían algo interesadas.
Si ben estas cifras sorprenden, Los datos acerca de los consumos culturales no hacen más que confirmar lo que desde hace años se sabe: la promoción y desarrollo de la cultura viajan a contracorriente de una sociedad con nuevas costumbres que originan el sedentarismo vacuo. No hacer nada es lo de hoy. Y lo comprueban más datos de la encuesta: 45 por ciento de la población nunca ha ido a un concierto o presentación de música en vivo, y 67 por ciento señaló que nunca ha visto una obra de teatro. La mayoría de los prestigiados artistas de todas las ramas del arte, declaran que el amor por la actividad artística o cultural que realizan nació cuando por primera vez asistieron a un evento en vivo, una exposición o presentación. Si no nos acercamos a estas expresiones culturales vivas, será muy difícil tomarle gusto a cualquier expresión.
Más datos: Cuarenta y tres por ciento de los mexicanos nunca ha ido a una biblioteca y 57 por ciento nunca ha estado en una librería o en tienda donde sólo vendan libros; 66 por ciento jamás ha asistido a una función de danza (excluyendo espectáculos escolares de hijos o conocidos); 53 por ciento nunca ha ido a una zona arqueológica o algún sitio de monumentos históricos; 43 por ciento no conoce un museo, y 86 por ciento nunca ha ido a una exposición de artes plásticas (dibujo, grabado, escultura, pintura, arquitectura). Asimismo, 38 por ciento nunca lee los periódicos. Sí, Desolador.
En contraparte un 75 por ciento de los mexicanos ha ido alguna vez al cine, o por lo menos ha comprado una peli pirata, 76 por ciento escucha radio y 90 por ciento ve la televisión. Este último dato nos contraindica que es este medio de difusión el que ayuda a alejar a los mexicanos de las expresiones culturales y bellas artes, ya que todos conocemos el contenido de la TV, muy alejado a la cultura de valores.
¿Qué queda por hacer? ¿Rediseñar presupuestos y programas para cultura, cómo lo expresó la presidenta del CNCA en la presentación del estudio? –que, por cierto, costó más de 7 millones de pesos y estuvo a cargo de una empresa privada- Consuelo Sáizar, titular del CNCA, informó además que el consejo a su cargo tendrá “un mayor acercamiento a la sociedad” mediante programas, como verbenas públicas, cine en la calle o carretas de comedias, cuyos detalles anunciará el próximo año –tal vez-. ¿Será suficiente?
No, pues eso no es todo. para el economista Ernesto Piedras, los datos de la encuesta nacional no hacen más que reflejar que el común denominador en el país en materia cultural es la carencia, “pero eso no es lo que más nos preocupa, sino la falta de equidad, pues hay lugares donde prácticamente no se tiene ningún contacto con la cultura” expresó. Lo que vislumbra aun más lejana la solución propuesta por Consuelo Sáizar.
La presidenta del CNCA explicó que los datos permitirán identificar las necesidades. Y cómo hemos visto, las necesidades son muchas, infinitas, comenzando por un cambio de actitudes y costumbres.
Cada uno de nosotros nace con una cualidad especial, un don que vamos reconociendo y amando mientras crecemos. Si lo cultivamos, puede darnos un sinfín de satisfacciones, pues nos permite expresarnos a un alto nivel de realización del individuo. Pero si nunca en la vida nos acercamos a los diferentes tipos de expresiones culturales y artísticas, jamás lograremos encontrar ese don, esa chispa que llene nuestra vida.
La conducta del ser humano es producto de la cultura existente en la sociedad a la que pertenece; por tanto, ésta última determina en gran medida la forma en la que cada persona piensa, cree y actúa. Un ejemplo sencillo: todos los seres humanos sienten hambre, pero el cómo, cuándo, dónde y qué comen para satisfacer esa necesidad varía de una sociedad a otra, y de la misma manera sucede con la vestimenta, la vivienda, los medios de transporte, las formas de diversión, etc.
En consecuencia, la cultura afecta las necesidades y deseos que tienen las personas, las alternativas que considera para satisfacerlas y la forma en que las evalúa; por tanto, es un factor que influye en las decisiones individuales, en la manera de vivir. El acercamiento a la cultura nos ayuda a vivir bien, el alejarse, como sucede en nuestra sociedad mexicana… por eso sucede lo que sucede.
La Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales se puede consultar en la página de Internet: www.conaculta.gob.mx.
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