El papel de la juventud en la creación de una nueva sociedad
“¿Qué les queda por probar a los jóvenes en este mundo de paciencia y
asco? ¿Sólo graffitti? ¿Rock? ¿Escepticismo? También les queda recuperar el
habla y con memoria situarse en una historia que es la suya, no convertirse en
viejos prematuros, tender manos que ayudan / abrir puertas entre el corazón
propio y el ajeno / sobre todo les queda hacer futuro a pesar de los ruines de
pasado y los sabios granujas del presente.”
Mario Benedetti
“En la actualidad los trabajadores pierden
sus trabajos, los niños pierden su infancia, y los jóvenes pierden las ganas de creer” leía esta
frase de reflexión en un artículo académico universitario de Alemania. Esa
afirmación coincide sin duda con nuestra realidad mexicana, con lo que escucho
y veo cotidianamente a mi alrededor: personas sin empleo; niños de la calle
trabajando, en lugar de estudiar o absorbidos por entero en la tecnología de la modernidad. Y lo
que más me saltó en la mente… jóvenes que han perdido las ganar de creer,
de creer… en qué, ¿En quién? ¿Para qué? ¿Tiene algún sentido?
La realidad de los jóvenes es avasallante. Esta
apatía de participación social en los compañeros de la escuela me recordó la
frase de una maestra que solía decirnos “lo que no pasa en un aula, no pasa en
un país” y vi con tristeza, que en mi aula, en mi país, realmente debemos de
darnos cuenta de que, como dijo Benedetti, “Hay por hacer un futuro, un
futuro a pesar de nuestro pasado que está tejido con carencias, injusticias,
crisis de valores y sociedades violentas, un pasado que se ha encargado de
hacer presente ante nuestros ojos, una
imagen degradada del gobierno, un eterno culpable de todo cuanto malo
nos pasa”. Debemos hacer un futuro mejor, aún en contra de quienes piensan
que esto no es posible.
Un joven puede –debe– alzar la voz y ser
escuchado, ser tomado en cuenta y hacer la diferencia. Una diferencia que les
mostrará a todos que sí hay en qué creer, los jóvenes podemos transformar
nuestra sociedad. El siglo XXI está a nuestro favor, nuestras armas son los
Ipods, los black Berrys, y las redes sociales; hablo de usar inteligentemente
las herramientas tecnológicas para fines
de organización social. Mark Zuckerberg creador del facebook ha dicho con
sobrada razón que Las nuevas tecnologías, y “No la política tradicional será el
elemento que cambiará nuestro mundo”, el resultado es que estamos YA
irrumpiendo en el viejo mundo de los adultos para reclamar nuestros intereses y
los de la mayoría de la población.
Nosotros podemos construir una sociedad
mejor; jóvenes fueron los que organizaron la rebelión en Egipto el año pasado y
derrocaron al dictador Mubarak, JÓVENES son los indignados de España que
obligaron al gobierno a tomar medidas de emergencia para disminuir el desempleo,
JÓVENES, quienes exigieron a Barak Obama disminuir los privilegios de los
banqueros hundían a Estados Unidos en otra recesión. ¿Qué es lo que han hecho
los jóvenes? Sacudirse al pasado y empoderarse con el presente, organizarse en
pro de la construcción de mejores condiciones de vida, de sociedades más
justas.
Hablo de sociedades más justas, ¿para
qué? Para tener todos los mexicanos, es
decir nosotros y nuestros hermanos, oportunidades reales de una educación y salud gratuita y de calidad, para tener la
tranquilidad de que estudiar una carrera SI sea una garantía de inserción
laboral digna, para tener la certeza de que podremos construir nuestros propios
patrimonios viviendas dignas de manera honrada, sin salir de nuestro país, que
los salarios de la alta clase política dejen de ser un insulto para el salario
del obrero, en resumen, para volver a confiar, para volver a creer en el México
que necesitamos, que nos merecemos y sobre todo, que ahora nos requiere con
esta fuerza de la juventud que determina los cambios.
Quien, como yo, tenga claro en qué, porque y para qué creer, sabe
entonces que los jóvenes aún tenemos mucho por hacer. Así pues: si nuestra
sociedad deseamos transformar, ¡Debemos, con el ejemplo predicar!
Flor de María Rubio Ibarra
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