¿El Compromiso 601?
En
el segundo mes de campañas presidenciales parece que la ventaja que tuviera
desde hace casi dos años el ex gobernador del Estado de México, actual
candidato priista, Enrique Peña Nieto, no tiene vuelta de hoja. Sin embargo hay
todavía algunos “prietitos en el arroz” que causan algunas dudas en el
electorado, el indeciso, el sin-partido, los del voto útil –que son muchos- aun
no saben en quien CONFIAR su voto.
Se
ha hablado mucho, no solo por el adversario de EPN, Andrés Manuel López
Obrador, que el político del copete es sólo un “títere” del innombrable. Cuando
se le ha preguntado a Peña Nieto de su relación con el ex presidente Salinas de
Gortari, el mexiquense aduce que tiene una relación como con cualquier otro ex
presidente, podríamos decir de “sano alejamiento”.
Sin
embargo, en un reportaje de la revista Proceso No. 1851, se hace
mención de tres refuerzos de grandes ligas que vinieron al comité de campaña
del candidato tricolor, luego de que regadas como la de “los tres libros”, “la
prole”, “yo no soy la señora de la casa” hacían ver que la ventaja no estaba
tan segura como pensaban. Los tres asesores de lujo, son nada menos que Pedro
Aspe, José Córdoba Montoya y Santiago Levy, tres hombres fuertes nada menos que
de Carlos Salinas de Gortari, que fueron imprescindibles en su sexenio.
En
el apuntalamiento de la candidatura de Enrique Peña Nieto ante las muy
limitadas capacidades políticas del candidato presidencial del PRI –dice el
reportaje de Proceso- tres tecnócratas
salinistas operan como “cerebros” de su campaña. Se trata de Pedro Aspe, José
Córdoba Montoya y Santiago Levy. El primero actúa como inspirador de la
apertura total del sector energético; el segundo como promotor del fin de la
representación proporcional, y el tercero como estratega en materia de política
social. Peña Nieto deja claro así su “embelesamiento” con la tecnocracia, con
el neoliberalismo que marcó el principio del fin del desastre económico de la
nación.
Hoy,
Aspe y Córdoba influyen en las principales propuestas de gobierno del candidato
priista. Su trabajo consiste en convencer al empresariado para que apoye a Peña
Nieto, pero sobre todo definen el tono ideológico del mexiquense que aspira a
ser el presidente de los “compromisos cumplidos” y del “gobierno eficaz”. Esto
deja muy en claro que el “Villano Favorito” creador de grandes tragedias como
“el error de diciembre” y el Fobaproa, tiene las manos muy metidas en la
campaña del candidato tricolor.
En
este tenor, ¿Qué pasará entonces con el futuro de la silla presidencial?
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