viernes, 25 de mayo de 2012

TIEMPO DE OPINIÓN


El Debate que viene

Joseangel Rendón Delatorre


Es evidente que en el primer debate celebrado entre los candidatos a la presidencia de la república, el pasado 6 de mayo, corrió de todo, menos propuestas claras para lograr un país, si bien no más mejor, de perdido menos peor. Al transcurso de los días, dimes y diretes han circulado por todos los medios, de uno y otro color, echándose la pelotita, desmintiendo ataques, y minimizando pérdidas. Lo cierto es que, aunque todos se declararon ganadores, para la mayoría del pueblo mexicano, este primer examen se declaró desierto… ya veremos en el de junio.
Recapitulando: Josefina Vázquez Mota se vio “frágil” no sólo durante el debate, sino también en su intentona por convencer de que ella había ganado el encontronazo “Dos contra Peña y un tercero en desconcordia” (así podríamos llamar al esbozo de debate), y durante su enfrentamiento con los reporteros de Televisa en el programa Primer Grado, del pasado 9 de mayo, en donde lo único claro fue, que iban todos en bola para atacarla y que no tuviera tiempo de TV para hablar mal del candidato “de casa”. Ante la imposibilidad de contestar tanto cuestionamiento televisero, se la pasó repitiendo las frases de sus spots de radio y TV.
Vázquez Mota dijo y sigue diciendo que ella es diferente a los demás aspirantes, porque presentó propuestas durante el encuentro, aunque la mayoría de sus participaciones fueron ataques a la yugular del priista, poco tiempo hubo para proponer.
La blanquiazul dijo que Enrique Peña Nieto es justamente lo que el país no quiere, un político al que no le da tiempo de contestar, en alusión al papel que desempeñó el priista durante el encuentro.
Andrés Manuel López Obrador, candidato del Movimiento Progresista, aunque también lanzó misiles teledirigidos al hijo putativo del innombrable, mencionó que tiene la experiencia y sabe lo que se necesita para lograr el renacimiento de nuejtro paíj.
“Se cómo quitar los subsidios al sector energético para impulsar al país. Me comprometo que cada dos años me someteré a una consulta para saber si los ciudadanos quieren que siga en la presidencia”, advirtió.
AMLO recordó que su gabinete estará integrado por Juan Ramón de la Fuente, Cuauhtémoc Cárdenas y Marcelo Ebrard, entre otros muchos notables. Sostuvo que el cambio verdadero es ofrecer justicia, trabajo y la atención a los jóvenes.
Un cambio verdadero, dijo, es combatir la pobreza, la desigualdad, con el fin de frenar la frustración y que no haya estos estallidos de violencia que se advierten.
En fin, aparte de los ataques contra el priista, fotos al revés y algunos rollos que ya lleva seis años discurriendo el “prejidente lejítimo” solamente corregidos y aumentados, la propuesta verdadera estuvo ausente.
Enrique Peña Nieto llegó a debate con una sola propuesta, la de siempre: te lo prometo y te lo cumplo, porque cumplo te lo prometo o porque estoy bien comprometido debo cumplir. Y como sus oponentes (refiérome a Peje y Pina, por supuesto, el Quadri no va por la grande, ni siquiera por mantener el registro del partido) le tiraron hasta con las cazuelas, el candidato del tricolor se limitaba a decir: “eso no es cierto” “¿De dónde sacaste tus datos?” sin justificar una sola de sus contra-respuestas.
Y le faltó tiempo -así lo dijo, como al estilo de cualquier pelea de cantina: “ora wey, de uno en uno”- no me da tiempo para responder a dos ataques, dijo. Y no le dio tiempo para presentar propuestas formales tampoco.
Quadri, por su parte, no logró debatir con sus oponentes… porque de hecho, nadie lo peló.  Se presentó como un candidato ciudadano, a diferencia de los “políticos” que representan a los demás partidos. Aunque en el post debate la regó y primero dijo que era un político-ciudadano y luego un candidato-político-ciudadano y luego…
En el debate no compartió diálogo con ninguno de sus adversarios, Gabriel Quadri criticó en todas sus intervenciones a los demás Presidenciables por “echarse lodo” y no explicar cómo cumplirán sus promesas de campañas.
Presentó algunas propuestas, pero parece que nadie lo escuchó. La batalla estuvo centrada en el dos contra uno.
Así las cosas del primer debate; pero, ¿qué viene después?
Después de los debates, siempre se mueven las encuestas; pero no las encuestas que se publican en los medios que apoyan a tal o cual candidato (Televisa a EPN, La Jornada a AMLO, etc.) sino las verdaderas encuestas que usan los comités de campaña para ajustar las estrategias. Ejemplo: en el post debate se dijo que por su mala actuación, Pina ya estaba en tercero, como a 25 puntos de diferencia contra EPN. La estrategia panista fue decir “eso no es cierto” seguimos casi a un digito y nosotros vamos por el voto de los indecisos, que pueden marcar la diferencia. Cosa cierta, los indecisos marcarán el rumbo de la elección, pero el chiste acá es que desviaron un revés con una oportunidad. Eso hacen los comités.
Los debates sirven para que el voto duro se consolide, para sumar indecisos y a algunos electores más que piensan cómo jugar con el voto útil.
En base a las encuestas reales, se puede deducir que a Peña Nieto no le hicieron gran cosa, que Josefina, sí, retrocedió y AMLO avanzó, pues presentó más propuesta, aunque poca. La estrategia para el siguiente debate, el definitivo, donde los electores podrán comparar propuestas, observar modos e intenciones y conocer el espíritu de cada contendiente, así como su capacidad para defenderse en caso de recibir algún ataque, que sabemos vendrán y fuertes. Como en el box, un golpe bien asestado puede tambalear al adversario a la vista de todos y conducirlo derechito a la lona. Eso es lo que buscarán los dos adversarios de Enrique para poder acortar la distancia que ahora -y desde hace dos años- parece infranqueable. En un proceso electoral que se presumía estaría ausente de guerra sucia, parece que solamente con uno de estos actos golpebajísticos se podrá alcanzar al líder de la competencia. En el segundo debate, pues, habrá sorpresas, pero, otra vez, muy poca propuesta. Es sólo un vaticinio. Ya veremos el 10 de junio.
Las armas clave del debate, que deben de tomar en cuenta los tres candidatos con posibilidades son 4: inteligencia, buena imagen, capacidad para defenderse y poder de convencimiento. En este tenor, un arma importante para cada candidato será el currículo, o sea, que presuman puntualmente los logros realizados durante su gestión, tanto en el Edomex, como en el DF y/o las distintas secretarías por las que ha transitado Pina. Pero deben ser logros puntuales que nos den el ejemplo de cómo actuarán del 2012 al 2018, si es que el mundo no se acaba primero.
Peña Nieto debe detallar sus logros más importantes, si sigue con el “600 compromisos cumplidos” o con su boda con “La Gaviota”, le dejará al electorado la idea de que él es sólo mercadotecnia, más que liderazgo. Andrés Manuel debe sacar los mejores trapitos de su gestión por el DF, algunos logros que fueron punta de lanza en la forma de administrar; y Josefina, también a presumir.
Peña Nieto y López Obrador han sido gobernantes muy activos. Por su parte, Vázquez Mota ha hablado poco de su gestión como Secretaria de Desarrollo Social y de Educación. Sólo hace mención a su propuesta de Evaluación universal, de no venta de plazas de maestros y del programa piso firme. También está obligada a decir su lista de logros como servidora pública.
Lo que en realidad hayan hecho, estará por encima de la mercadotecnia y las vagas promesas que todos presentan como “compromisos”. Bajo esas premisas, sí podremos ver un segundo debate verdaderamente reñido, del cual salga la suficiente información para que el elector decida, y, aunque los otros tres lo nieguen, exista un ganador o ganadora al final de la jornada.
¿Y Quadri? Ay Quadri, la verdad, a mi me aprieta más la duda de cuándo dimitirás a favor de EPN o JVM, según “tu maestra” te lo indique. ¿Del registro del partido? Qué importa, al fin que pueden juntar otra vez firmas de los maestros y hacer una nueva alianza política.


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