Alcalde, tenemos un problema
A tres meses de
que termine el año, los presidentes municipales tienen situaciones muy graves. Por
una parte, no hay mucho qué informar, ya que los pocos recursos han llegado
tarde y aplazado los proyectos. Además, como a todos en nuestros hogares, lo
que se necesita para el gasto corriente de la administración municipal, aumenta
día con día y cada vez se hace menos con más, o sea no alcanza. Con gastos que
van quedando relegados, como el Seguro Social, el pago de salarios y
aguinaldos, el propio empréstito estatal que destinó recursos para los municipios
para que pudieran solventar algunas de las deudas que les tocó recibir en el
2010. Los presidentes municipales, en general, no hayan la suya.
Algunos de
ellos ni se presentan en sus oficinas, porque la larga fila de acreedores les
impide el paso; otros más, tienen el grave problema de la inseguridad, donde
han sido tomadas las plazas y los policías apenas son suficientes para cuidar
al alcalde y su casa.
Y lo peor. Viene
el 2013, un año muy complicado por los recortes presupuestales en base a la fórmula
federal, que lamentablemente impactó drásticamente a los municipios zacatecanos
con reducciones en el fondo tres. El gobernador ha llamado a los gobiernos
municipales para que no se siga incrementando el gasto corriente, el capítulo
mil, que tiene que ver con sueldos y salarios, y avanzar en la posibilidad de
encontrar alternativas financieras para solucionar sus broncas.
Qué tiempos
aquellos en los que ser representante del ayuntamiento era el más grande
privilegio del pueblo, incluso algunos se iban y regresaban, repitiendo la
enmienda de administrar las arcas municipales, con la ganancia que eso
conlleva. Ahora, con la falta de recursos, la pérdida de influencias, la
inseguridad que ataca directamente, y otros grandes problemas que los alcaldes
enfrentan sin posibilidad de solución, ya no es tan atractivo lanzarse en busca
de la candidatura para una alcaldía, porque más que beneficios, ahora solo hay
pérdidas. Así que… suspirantes para el 2013: piénsenle.
Ser alcalde ya no es bueno
yo nada más se los digo
pues lo que antes era un premio
ya se convirtió en castigo
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