Por ella soy Eva
(Por la silla presidencial, pues)
Ha circulado por la red un apunte apócrifo sobre la -ya, ora sí, oficialistamente- candidata panista a la Presidencia de la República que a la letra dice:
“Josefina fue Secretaria de Educación y estamos en último lugar en educación, Josefina fue titular de SEDESOL y tenemos el primer lugar en pobreza, Josefina fue Diputada y sólo asistió al 8 % de las sesiones en la Cámara” fin del texto.
Al parecer ahora que por quinta vez en la historia democrática nacional una mujer contiende por la silla grande -la primera, doña Rosario Ibarra de Piedra (en 1982 y 1988, ambas por el PRT) Marcela Lombardo Otero (en 1994, por el extinto PPS), Cecilia Soto (en el 2000, por el PT) y Patricia Mercado (en el 2006, por el Partido Alternativa Socialdemócrata)- la mujer ocupará un lugar importante en la agenda nacional, o sea que, si Vázquez Mota llega, gana, recibe la mayoría del voto ciudadano, México contará con un gobierno federal de corte feminista, pero, al parecer la realidad está lejos de esa idea.
Lucía Lagunes Huerta, Directora General de CIMAC, en su artículo “La trampa de género de Josefina Vázquez Mota” de su columna Zona de Reflexión, dice que la panista se ha aprovechado de la lucha femenina para fortalecer los cuadros del partido mas conservador del país (¿o del planeta?) “Aprovechando el trabajo de años del movimiento feminista, Josefina Vázquez Mota usa su ser mujer y dice garantizar con ello que de llegar a la Presidencia de la República será distinta… En lo que sí será igual es en la política que durante 12 años lleva el PAN y ha hecho de México el país que hoy tenemos: un México empobrecido y envuelto en una vorágine violenta” dice.
“Josefina Vázquez Mota es beneficiaria de la lucha feminista, al igual que millones de mujeres en el mundo, pues las feministas han luchado por los derechos de todas las mujeres. Ser beneficiaria de esta lucha no la hace representante de las mujeres” continúa Lagunes en su nota.
“Impulsar la idea de que las mujeres deben votar o apoyar a otras mujeres por el simple hecho de serlo se llama mujerismo, lo cual nada tiene que ver con el feminismo como corriente política-filosófica. Utilizar de manera proselitista el hecho de ser mujer como sinónimo de cambio político, es una deformación perversa”.
Lucía Lagunes Huerta, luchadora del feminismo de toda la vida, no cree que Josefina haga algo más por las mujeres que cualquier otro candidato a la presidencia, sólo por ser mujer.
Por su parte, Gladis Torres Ruiz reportera de la misma asociación, en su columna titulada “Josefina Vázquez Mota: canto de sirenas por el voto femenino” apunta que la candidata “Alardea compromiso de género, pero su trayectoria la delata” pues Josefina Vázquez Mota, tiene tras de sí una trayectoria política de “ultraconservadurismo” y negación de los Derechos Humanos de las mexicanas.
A su desempeño como funcionaria y legisladora –documentada periodísticamente– se suman las críticas que le han hecho organizaciones de la sociedad civil, académicos y activistas por los derechos femeninos. Las voces coinciden: Vázquez Mota nunca ha demostrado en los hechos compromiso alguno a favor de las mujeres”.
Gladis acusa a la economista de 51 años de edad como encubridora de la pobreza. Josefina, al ocupar la titularidad de la SEDESOL, creó en 2001 el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza, con lo que se crearon tres nuevos indicadores: pobreza alimentaria, desarrollo de capacidades y patrimonio, lo que, según la investigadora de El Colegio de México y especialista en pobreza urbana Araceli Damián González, ha servido para ocultar la miseria, pues desde el gobierno de Vicente Fox y hasta 2010, 13 millones de personas más no cuentan con ingresos suficientes para solventar sus necesidades, y tampoco con los servicios que el Estado debería proveer, tales como educación y salud. La especialista explica “Coneval sólo reconoce que hay 10.4 por ciento de pobres extremos, casi la mitad de la realidad”.
Al arribo de Calderón a la Presidencia, Vázquez Mota se convierte en la primera mujer Secretaria de Educación Pública (SEP). Desde ahí censuró el libro de texto para secundaria y bachillerato “Tu futuro en libertad”, editado por el Gobierno del Distrito Federal y el cual incluía temas como enfoque de género, laicidad, Derechos Humanos, salud reproductiva y prevención del VIH-Sida.
Ya en 2009, como líder de la bancada panista en la Cámara baja, Vázquez Mota sólo presentó 10 iniciativas de ley y de ellas únicamente dos tenían que ver con los derechos de las mujeres: una sobre trata de personas y otra sobre mujeres en reclusión.
Martha Juárez, integrante de la organización civil Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, indica que en un monitoreo se detectó que como legisladora la panista “no tuvo un papel protagónico” al no presentar iniciativas relevantes, “En las escasas (iniciativas) que presentó no hay perspectiva de género, lo que deja ver que no es un tema al que haya dedicado particular atención”, observa la activista.
En septiembre del 2011, Josefina pidió licencia como diputada para contender por la candidatura presidencial. Desde un primer momento anunció que de ser electa candidata y posteriormente Presidenta, continuará con la guerra contra el crimen organizado que enarbola Felipe Calderón.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) asegura que desde 2007, cuando Calderón declaró la guerra a la delincuencia, la violencia contra las mujeres se recrudeció. Alrededor de 40 mil niñas y niños han quedado huérfanos, y más de 30 mil han sido reclutados por el crimen organizado. A su vez, 34 millones de niñas y niños ven todos los días noticias sobre el crimen y/o participan en juegos que naturalizan la violencia, reportó el Programa Infancia en Movimiento.
Con estas observaciones, las periodistas luchadoras por los derechos de la mujer, recomiendan tener cuidado al escuchar una propuesta de corte feminista que cualquier candidato presente, porque puede ser sólo un discurso de relumbrón para obtener el voto femenino (que en el padrón electoral es mayoría).
Y a manera de colofón (término del artículo, epílogo, moraleja versada, final final pues, no lo tomen a doble sentido, ni me albureen) ahí les va (chin ya sonó a albur) el pepegrama:
Ante los hechos, las expertas concluyen que Josefina Vázquez Mota no es ni feminista ni mujerista…
¿Josefina es feminista?
se preguntan por doquier
“Nada ha hecho por la mujer
más bien es… Oportunista”
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