Existen muchos parámetros comparativos que nos permiten darnos una idea de lo que el cine mexicano actual representa como industria, como arte, como entretenimiento y como documental de la historia propia. La visión es:
En la época dorada del cine se producían más de 100 películas cada año; estos filmes ocupaban el 70 % de la taquilla y eran parte del material de exportación a varios países que generaba divisas y sostenía una empresa boyante.
En 1980 llegaron a producirse 107 largometrajes mexicanos. Si bien, la calidad y temática de las historias decayó notablemente en el “cine de ficheras” (renglón aparte de la mordaza a temas de corte político), la taquilla nacional competía a la par con la americana: 50/50. El cine baratero y sin temática de fondo (o cine porno-naco), rendía frutos como empresa.
Luego de esto viene una debacle en la que se perdió todo: producción, taquilla, generación de empleos, etc. La caída del cine nacional tuvo un pequeño levantón (sobre todo en la temática) con el “Nuevo Cine Mexicano”. La estadística muestra un crecimiento en la producción a partir de 1997, pero…
El ritmo de producción llegó a un tope en 2006, cuando se produjeron de 70 películas, después de esto, una pared de acero detuvo la empresa del cine.
En 2010 salieron a la luz 69 largometrajes mexicanos, la industria se sostiene, pero… en la taquilla seguimos mal: de las 100 principales películas exhibidas en las salas, sólo unas 8 son mexicanas, y llegan tan rápido como se van. No se genera una empresa ni siquiera rentable.
En este rubro, aunque la producción no aumenta, los índices están mejor que antes. “La taquilla es el reto de hoy, hay que perseverar en el esfuerzo” dirían los expertos, pero...
Ahora, la industria del cine enfrenta una sobre-temática que poco aporta a mejorar la situación del país. De ser un arte con la capacidad de motivar a grandes masas para lograr ser tan trabajador y valiente como el héroe de la película, se está convirtiendo en portavoz de la cruda realidad de un país en franca decadencia política y de valores (labor que debería estar realizando la televisión y/o medios masivos de comunicación, pero no lo hacen). El séptimo arte en México está tomando atribuciones olvidadas por otros.
Además, con la proliferación de festivales nacionales de cine, donde se presentan toda clase de trabajos, y la facilidad de “grabar” (que no filmar) video con cualquier camarita comercial, se ha generado un nuevo Boom de cine digital con temática critico-social, bajo el único fin de ganar premios y/o menciones en los citados festivales, lo cual solo sirve a los realizadores como nota curricular. Hay buenas producciones digitales que nunca llegan a las salas de cine, mucho menos a la generación de taquilla y fuentes de empleo en el renglón artístico-cultural. Ejemplos hay muchos, los más recientes:
La bestia (The beast, EUA/El Salvador/Guatemala/México-2010) con guión y dirección de Pedro Ultreras, es un documental que muestra el sufrimiento que viven los migrantes centroamericanos cuando intentan cruzar México para llegar a Estados Unidos de Manera ilegal. Su sufrimiento empieza al pisar suelo mexicano. Ahí se les abusa, se les roba, se les golpea y con frecuencia se les matan. Para filmar este documental, Pedro Ultreras se subió a la famosa Bestia e hizo el recorrido a lo largo de México con cientos de migrantes.
La cuerda floja es la historia real de una familia que persiste en sacar adelante un viejo y anticuado circo, convencida de la trascendencia de su arte. Cuenta la vida del Circo Aztlán, tan pequeño como el tamaño de su propia familia. Deambulan por los pueblos de los alrededores de Texcoco, en la periferia norte de la Ciudad de México. Viven en un camper viejo y desvencijado. El Zoológico que tienen son dos perrillos pintados de rosa chillón que hacen cabriolas, dos chivos, un caballo y un avestruz.
Nuria Ibáñez Castañeda, directora y guionista, hizo este documental periodístico inspirada por esta peculiar familia, a quien conoció desde el año 2005. La cuerda floja sólo se exhibió en la Cineteca Nacional ; buen documental, pero… como si estuviera enlatado.
A Tiro de Piedra. Sebastián Hiriart dirigió su primer largometraje A tiro de piedra (México-2010). Un drama mezclado con aventura que convergen en una road movie de 97 minutos que nos relata la historia de Jacinto Medina, un joven de 21 años, aburrido de su vida como pastor en el norte de México. Un día, mientras laboraba, encuentra un llavero en el suelo que contiene una dirección. Viéndolo como una señal y guiándose por los constantes e inquietantes sueños, emprende un viaje hacia EUA, que lo hará recorrer miles de kilómetros para descubrir que los sueños pueden hacerse o no realidad.
La película sólo se estrenó con cinco copias -dos de ellas en formato digital-, en la Cineteca Nacional y en Cinemas Lumiere.
Viaje a Tulum. Eduardo Villanueva realiza su ópera prima con esta producción que se exhibió de manera inicial en el Festival Internacional de Cine Universidad Nacional Autónoma de México (FICUNAM) en la Cineteca Nacional.
La película de 82 minutos nos cuenta una historia de Adan Neumann, quien vive en la ciudad de Berlín, y es miembro de una familia judía. Anciano, jefe de familia, comienza a molestar con ideas locas a su familia, cuando le da Alzheimer. El cree que es la reencarnación de un mesías, su nieto se niega a esta afirmación, pero el abuelo esta tan poseído con esta idea que no deja al joven tranquilo. Por accidente y casualidad arriba a las playas de Tulum, y es aquí́ donde tendrá un encuentro con la naturaleza maya, la cual marcara su destino.
El filme digital cuenta con las participaciones de Hannes Stelzer, Carola Regnier, Eduardo Viallenueva, Hilmar Baumann, Jakob Laas, Catherine Bodem y Sasha Polloc.
0.56%: ¿Qué le pasó a México? Después de haber dirigido en 1990 Cabeza hueca; y en 1996 el cortometraje Avalon, ambos de ficción, vuelve Lorenzo Hagerman, Ahora con 0.56%: ¿Qué le pasó a México? (México-2010) con el apoyo de Foprocine.
A lo largo de 98 minutos nos cuenta lo que le pasó a México en Julio del 2006; donde nunca antes una elección dividió y polarizó a la sociedad mexicana. El documental en sí, registra la campaña de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México en el 2006, y pretende retratar el comportamiento de los diferentes actores políticos frente a esa coyuntura; y desde luego por el 0.56% (medio punto porcentual) de diferencia de votos contra Felipe Calderón Hinojosa, hoy Presidente de la República.
0.56% ha competido en diversos festivales internacionales de Madrid, Holanda, México y Polonia; El documental llevó 21 meses de registro visual, se estrenó con sólo 20 copias en la Ciudad de México y Mérida, Yucatán.
Hay muchas cintas mexicanas -unas buenas, otras no- participando en festivales nacionales e internacionales, sólo con esa meta: competir en una justa con demás películas (que podrían considerarse caseras, por la magnitud de su producción), o para que el mundo se dé cuenta de lo que sucede en México, pero cine, como Cine… no se está haciendo casi nada.
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