lunes, 19 de septiembre de 2011

I’m With You, el renacimiento de RHCP

Los Red Hot Chili Peppers no necesitan demostrar nada, ni siquiera que pueden hacer buena música sin sin el guitarrista John Frusciante. En “I’m With You”, su más reciente material, el cuarteto sigue compacto y sólido, entregando un trabajo decente comparable con “By The Way” o el irregular “Stadium Arcadium”, variando su estilo hasta convertirse “en una nueva banda”, como ellos dijeron al presentar el disco.
Es un renacimiento visto desde todos los ángulos. Anthony Kiedis, Flea y Chad Smith decidieron seguir “con el mismo nombre, pero como si fuera un nuevo grupo” y convocaron Josh Klinghoffer, guitarrista y colaborador suyo, para aventurarse con “I’m With You”.
La aventura en el estudio (que fue supervisada por Rick Rubin, el hombre detrás de todos los éxitos de los Peppers), arrojó más de 60 canciones, “como para editar un nuevo álbum doble”, pero al final decidieron lanzar 14 canciones. En esta selección de temas los Red Hot repasan cada uno de sus momentos a lo largo de los años, como si se tratara de un “grandes éxitos” retomado por ellos mismos.
El estilo guitarrero de Klinghoffer se siente en los 14 tracks. Él, a diferencia de Frusciante, mantiene un bajo perfil y no se expone creando solos apabullantes o complicadas estructuras como su antecesor, sino que apela más al acompañamiento rítmico, que se amolda muy bien al “nuevo estilo” de la banda.
Con los primeros acordes de “Monarchy of Roses” la cosa parece funcionar. Hay algo en el desequilibrio de la guitarra y los golpes confusos de la batería que anuncia una eventual rebeldía. Luego, la voz distorsionada de Kiedis (efecto con el que Lennon solía jugar) murmura dolorosamente que hay “promesas que matamos” y sueños que no se concretaron. Pero al segundo 47 todo retorna a una paradójica normalidad: los Red Hot Chili Peppers vuelven a ser RHCP, con su inconfundible tonalidad y la característica voz de Anthony al frente. Salvo por una frescura inédita que aporta el nuevo guitarrista Josh Klinghoffer (que ya los había acompañado en la gira de “Stadium Arcadium”). Uno puede disfrutar el sonido de Klinghoffer y recibirlo con los brazos abiertos.
“I’m With You”, el décimo álbum de estudio de Red Hot Chili Peppers, no será el disco del año como “Stadium Arcadium” en 2006 o, hace casi dos décadas, “Californication”. Sin embargo, el nuevo material es bastante disfrutable. Es el funk rock al que nos tienen acostumbrados los Chili Peppers.
El gran problema de este disco es que, en el afán de reencontrar su identidad como agrupación después de la salida de Frusciante y el largo descanso de casi tres años, los californianos le metieron “de chile y de manteca” a la propuesta.
“Monarchy of Roses”, “Annie Wants a Baby” y “Brenda’s Death Song” entran en la categoría de destacadas; mientras que canciones como “Dance, Dance, Dance” -un intento motivacional y bailable bastante fallido- o “Factory of Faith” -que representa su crisis amorosa de la mediana edad-, bien podrían desaparecer sin que nadie las extrañe.
Es verdad que los músicos se encuentran en el proceso evolutivo en cuestión creativa -a lo que se ven obligadas todas las bandas con carreras de más de dos décadas-, pero el retorno de los Chili Peppers enfrenta el desgaste después de una larga gira y un largo descanso (cinco años en total), y la incorporación de un nuevo integrante que, además de tocar la guitarra, se dedicó a componer al piano junto a Flea.
“I’m With You” no es el mejor disco de Red Hot Chili Peppers, tampoco es un álbum malo, sólo trata del renacimiento de una de las mejores bandas del mundo o el anticipo de lo que sería su reconquista, aunque eso lo veremos en su siguiente trabajo. ¿Volverá Frusciante? Por lo visto, ya no es necesario.

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