La casa que hoy ocupa el Restaurant-bar-galería
La Leyenda, estuvo abandonada durante muchos años y se contaban cosas
extraordinarias de ella: Que había dinero enterrado (Cuando la casa se adquirió
estaba totalmente escarbada), que algunas personas de las que escarbaron cuando
llegaban al oro se les movía por la envidia de alguno de los presentes; Cuentan
también que salía una figura fantasmal en las noches y que recorría hasta el
templo de Mexicapan y después regresaba. La gente le tenía cierto temor a la
finca, por lo mismo, al pasar por ahí, cruzaban la calle y se iban por la otra
acera. Cuentan también que los últimos vecinos que la habitaron duraron poco,
por los sustos y espantos que sufrieron.
La casa, al adquirirla por los nuevos
propietarios, la primera experiencia fue intentar en un Jueves Santo con
algunos amigos y (un poco de juego un poco en serio) de noche volver a escarbar
para ver que se encontraba. El lugar oscuro y tétrico apenas era iluminado por
una fogata que se hizo en un cuarto.
Después me enteré que según las lenguas que
hablan, que con alcohol no es muy conveniente hacer estos trabajos porque se
mueve el dinero, y menos en jueves santo.
En esta experiencia se hizo una sesión de
espiritismo muy casera donde se solicitaba a quien habitara este lugar se
hiciera presente o mandara una señal. En lo personal yo era el único sobrio y
lo único que escuchaba eran ladridos de perros.
También recuerdo que el Arquitecto quién era
el coordinador de esta aventura solicitó a los presentes que cada quién se
fuera para un cuarto diferente; como realmente se sentía el ambiente extraño
les indiqué que nadie se moviera y que si llegamos juntos, juntos nos íbamos.
Como a todos les nacía la inquietud por seguir
buscando, se optó posteriormente probar con aparatos mas profesionales de
búsqueda de tesoros, Se probó con el péndulo y sonaba oro, con el buscador de
metales y también sonaba en varios rincones.
Una vez que se decidió por iniciar las obras
de remodelación y sacar todo el escombro, curiosamente se presentó una señora
que nos indicó que el Fantasma no la dejaba descansar y que tenía la facilidad
de desdoblarse y la traía al lugar.
El fantasma le indicaba que ya era tiempo de
sacarlo y que nos iba a dar un arcón de .50X1.50 m de oro y que le había
indicado el lugar. De aquí nació el nombre de la Leyenda.
Cité a la persona un domingo a las doce del
día y con dos cigarros haciéndolo como los palitos cuando buscan agua, marcó el
lugar donde se encontraba el fantasma y el dinero.
Se escarbó el lugar indicado en presencia de
la señora y desde luego con un cirio protector. Al cabo de dos días
efectivamente se encontraron huesos (que se fueron al panteón finalmente), se
llenaron dos bolsas de plástico, pero el dinero no salía y nunca se encontró.
Con la finalidad de no correr riesgos, decidí
cubrir el hoyo y decirles a todos que el dinero se daba trabajando.
Desde este momento y al transcurrir la
remodelación se marcó más la presencia de alguien, todos los que estuvimos
involucrados con esta construcción lo sentimos y en algunos casos se veía como
una sombra pasaba. La leyenda sigue presente.
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