viernes, 28 de diciembre de 2012

Libros


10 superlibros para leer en vacaciones

 

¿Es el autor, la historia, las formas lingüísticas o la sensibilidad de una época lo que define un buen libro, que merece ser leído? Puede ser todo esto, o tal vez solamente el álgido momento de inspiración que el autor vivió en su proceso creativo para hacer una obra irrepetible. La literatura cuenta con grandes ejemplos de obras que han trascendido más allá del autor y su lugar de origen, convirtiéndose en superlibros, que ya son parte del acervo universal. Estas son algunas creaciones de la literatura mundial que vale la pena leer, sobre todo en estas vacaciones.

Don Quijote de la Mancha (1605)  La obra magna de Miguel de Cervantes Saavedra está entre las que han sido traducidas a más idiomas, ya que nunca pierde vitalidad y vigencia. "El Quijote" más que una obra caballeresca, es una parodia de las historias de paladines y doncellas que no olvida la defensa del honor genuino, el sublevarse ante cualquier acto de injusticia. Este libro y la "triste" figura del ingenioso hidalgo, después de cuatrocientos años siguen ahí, como una de las obras cumbre de la literatura.

Cien años de soledad (1967)    La ciudad de Macondo, lugar tan mítico como reconocible a lo largo de América Latina, hace gala en esta novela del colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura en 1982. Con más de 30 millones de ejemplares vendidos en decenas de idiomas,  su historia sobre Aurelianos y Arcadios, Úrsulas y Amarantas, ofreció una de las miradas más lúcidas sobre la “realidad mágica”.

Guerra y Paz (1869) La guerra y la paz, del escritor ruso León Tolstoi. Es una de las obras cumbres de la literatura rusa y sin lugar a dudas de la literatura universal. En ella, Tolstoi quiso narrar las vicisitudes de numerosos personajes de todo tipo y condición a lo largo de unos cincuenta años de historia rusa, desde las guerras napoleónicas hasta más allá de mediados el siglo XIX. Tolstoi plasma sus propias opiniones sobre la historia, la guerra, la filosofía y la religión.

Rayuela (1963)  Inspirado en el juego infantil en el que se debe avanzar saltando de casilla en casilla, el escritor argentino Julio Cortázar desarrolló una novela en el cual el lector es un usuario activo que debe elegir los capítulos que irá leyendo. La historia de Horacio Oliveira y la Maga en el París de los años 60, tuvo una enorme repercusión en la forma en que los jóvenes de esa generación vivieron el amor y las relaciones personales.

Crimen y castigo (1866) novela escrita por Fedor Dostoievski. Esta obra, junto con Guerra y paz de León Tolstoy, son consideradas como las novelas más influyentes e internacionales de la literatura rusa. Dostoyevski logró crear un personaje y dotarlo de una personalidad y unas características muy peculiares y finalmente explorarlo y envolverlo en una serie de acontecimientos que pudieran agotar hasta el final este proceso de creación.

Ficciones (1944) de Jorge Luis Borges. En este libro están algunos de sus relatos más famosos, como «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius»; «Pierre Menard, autor del Quijote»; «La biblioteca de Babel» o «El jardín de senderos que se bifurcan». En su caso, hablar de relatos es una magistral y sugestiva mezcla de erudición, imaginación, ingenio, profundidad intelectual e inquietud metafísica. Metáforas como la del laberinto, la biblioteca que coincide con el universo o la de la minuciosa reescritura del Quijote, pertenecen al centro del universo borgiano.

La mujer habitada (1988)  Esta novela de la escritora nicaragüense Gioconda Belli cuenta entre sus méritos con el haber dotado de visibilidad el rol de la mujer en las luchas políticas de las pasadas décadas en Hispanoamérica. La autora construye un símbolo de lo fundamental que es la participación activa de las mujeres en los movimientos sociales.

Pedro Páramo (1955)  Alberto Huerta, escritor y dramaturgo zacatecano, define esta obra maestra de la literatura mexicana como “Una novela para leerse siempre, ya que a cada relectura encuentras siempre algo nuevo” Esta novela de Juan Rulfo logra fusionar las más complejas técnicas de la narrativa de la época con la singular visión mexicana de la muerte. Con una atmósfera en la que es imposible delimitar dónde comienza el mundo de los vivos y dónde empieza el de los muertos, es un mundo onírico que representa muchos aspectos de la realidad mexicana.

La insoportable levedad del ser (1984) Extraordinaria historia de amor de Milan Kundera, cargada de celos, sexo, traiciones, muerte y también de las debilidades y paradojas de la vida cotidiana de dos parejas cuyos destinos se entrelazan irremediablemente. Con sorprendentes recursos narrativos, Milan Kundera nos lleva de la mano por una trama compleja de actos y pensamientos en torno a sus personajes. Y el lector no puede sino terminar siendo el mismo personaje, cuando no todos a la vez.

Los detectives salvajes (1998) La vanguardia mexicana recibió su merecido homenaje con esta novela del chileno Roberto Bolaño, ganador del premio Rómulo Gallegos en 1999 por dicho libro. Los personajes Ulises Lima y Arturo Belano funden visceralmente arte y vida a través de unas irreverentes performances que los terminarán por llevar hasta el desierto de Sonora por una salvaje aventura estilo “road movie” con grandes recursos narrativos.

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